Ángel Milagro, el ingeniero español que lidera la conquista privada de la Luna desde Japón

Ángel Milagro, el ingeniero español que lidera la conquista privada de la Luna desde Japón

Mosaico

Ángel Milagro planificó su primer aterrizaje lunar privado sentado en el pupitre de su infancia en Alfaro, La Rioja. Hoy, a sus 35 años, dirige las misiones de Ispace, una empresa japonesa valorada en más de 200 millones de euros, que busca colocar sondas robóticas en la Luna, un logro hasta ahora reservado a Estados Unidos, China e India.

Durante la pandemia de 2022, Milagro coordinó un equipo de más de 20 especialistas desde la casa de sus padres, a más de 14.000 kilómetros de Tokio. Cada jornada laboral le recordaba sus primeras pasiones: fotos de amigos, la Roja en el Mundial de Sudáfrica y un dibujo infantil de una nave espacial.

Graduado en la Universidad Politécnica de Madrid, Milagro trabajó para la Agencia Espacial Europea en proyectos como la red de satélites Galileo. La oportunidad de liderar Ispace lo llevó a Japón, donde ya diseña su cuarta misión, considerada la más ambiciosa hasta la fecha. Su visión para 2040 es ambiciosa: mil personas viviendo de forma permanente en la Luna y 40.000 turistas anuales.

Ispace compite en un mercado lunar que enfrenta a Estados Unidos y China, con contratos estratégicos como el firmado con la NASA para aterrizar en el polo sur en 2027. La misión desplegará un vehículo de exploración y equipos para localizar helio-3, un recurso clave para la energía de fusión y tecnologías avanzadas en la Tierra.

No todas las operaciones han sido exitosas. En abril de 2023, la Hakuto-R, primera sonda de la compañía, se estrelló al aterrizar sobre un cráter. Este verano, un segundo vehículo, Tenacious, también sufrió un fallo en sus sensores al aproximarse al Mar del Frío. Pese a ello, Milagro considera estos episodios lecciones valiosas para futuras misiones.

La próxima etapa de Ispace incluirá misiones en colaboración con la NASA y el Gobierno japonés, con objetivos en la cara oculta de la Luna. Su misión M4 prevé un módulo de aterrizaje y dos satélites de comunicación para garantizar control constante.

Según Milagro, el principal desafío no es tecnológico, sino económico. “Antes, los programas Apolo tenían presupuestos prácticamente ilimitados. Hoy la meta es hacer los viajes rentables, minimizando costos y maximizando resultados”, explica el ingeniero español.

Ángel Milagro encarna así la nueva era de la exploración lunar: privada, internacional y con objetivos claros de presencia permanente, abriendo la puerta a futuras generaciones de ingenieros que podrían vivir y trabajar en la Luna.

Fuente: El País