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El cierre del gobierno de Estados Unidos, que ya supera los cuarenta días, comienza a paralizar seriamente el sistema de transporte aéreo del país. Miles de vuelos fueron cancelados o retrasados durante el fin de semana, y las autoridades advierten que las interrupciones podrían intensificarse en los próximos días.
De acuerdo con datos de FlightAware, más de 1.400 vuelos fueron cancelados este lunes, mientras que el domingo se convirtió en la jornada más crítica desde el inicio del cierre, con casi 3.000 cancelaciones y más de 10.000 retrasos en aeropuertos de todo el país.
La situación se agrava a medida que los controladores aéreos, obligados a trabajar sin recibir salario, comienzan a abandonar sus puestos en busca de otras fuentes de ingreso. El secretario de Transporte, Sean P. Duffy, alertó que la crisis “solo va a empeorar”, ante la creciente presión sobre el personal que, en muchos casos, cumple turnos forzados de seis días semanales.
En un intento por mitigar el colapso operativo, el Departamento de Transporte ordenó a las aerolíneas reducir al menos un seis por ciento de sus vuelos en decenas de aeropuertos antes del martes, con recortes progresivos que podrían llegar al diez por ciento hacia el final de la semana. La medida busca aliviar la carga de trabajo del personal aéreo y evitar mayores riesgos de seguridad.
Las aerolíneas Delta y Southwest figuran entre las más afectadas este lunes, con más de 400 cancelaciones conjuntas, mientras que la regional SkyWest suspendió uno de cada diez vuelos programados.
Los aeropuertos O’Hare de Chicago y Hartsfield-Jackson de Atlanta encabezan la lista de terminales con más cancelaciones de salidas y llegadas, respectivamente.
En medio del caos, las aerolíneas están obligadas a reembolsar el valor total de los boletos de los vuelos cancelados. Los pasajeros también pueden exigir la devolución completa si optan por no viajar cuando su vuelo doméstico se retrase más de tres horas o, en rutas internacionales, más de seis.
Pese a la crisis, el escenario político podría estar cerca de un giro. La noche del domingo, un grupo de senadores demócratas se sumó a los republicanos para impulsar un acuerdo que permita reabrir el gobierno, según adelantó The Washington Post. La votación, considerada un paso preliminar, podría desbloquear la parálisis más prolongada de la administración estadounidense en más de una década.
Fuente: Infobae